lunes, septiembre 05, 2016

Sindicatos fantasma y acusaciones de vicios electorales: la semana en que la democracia indirecta de la CUT hizo crisis

La lista de la actual presidenta, Bárbara Figueroa (PC), y la del secretario general de la Central, Arturo Martínez, acusaron la existencia de padrones electorales alterados y sindicatos abultados artificialmente. 

Cada cuatro años, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) sufre un remezón de mediana intensidad. Cada cuatro años, los dirigentes sindicales -no los trabajadores directamente- eligen a la directiva de la multisindical y siempre, inequívocamente, la elección termina con acusaciones entre las listas en contienda, las que versan, repetidamente también, sobre grises manejos de los padrones electorales y sindicatos sospechosamente numerosos. ¿Quién acusa? El candidato perdedor.

Pero este año fue distinto: desde prácticamente todas las listas en competencia acusaron al rival de vicios electorales e, incluso, desde la propia cúpula sindical se habla de una elección irregular y piden abiertamente anular el proceso. Esta vez, se trata de un sismo de alta intensidad.

En un reflejo inédito del quiebre, el miércoles por la mañana, la lista E, de la actual presidenta Bárbara Figueroa (PC), convocó a una conferencia de prensa en la que denunció "falencias inaceptables" que ha tenido la elección respecto a dirigentes que no fueron incluidos en los padrones electorales y lugares donde no se pudo votar normalmente, como Antofagasta, Huasco, Rancagua, Linares, Chillán, Puerto Montt.

La reacción no se hizo esperar, y esa misma tarde, la lista F, liderada por el secretario general y ex presidente de la CUT, Arturo Martínez (PS), respondió en la misma sede de la Central. Se dio por ganador de la elección por un margen de 40 mil votos y acusó a su contrincante -la lista comunista- de incurrir en vicios de otra índole.

En alusión directa a la Confederación del Agro y Pueblos Originarios Ranquil -donde es dirigente el padre de Bárbara Figueroa, José Figueroa-, Martínez denunció cómo sus contrincantes, según su parecer, inflaron el número de afiliados de sus sindicatos afines: "hay una confederación campesina que vino y pagó por 25 mil trabajadores, Ranquil, cuando en el sector campesino los viejos no están sindicalizados. En Ovalle hay miles de votos de crianceros. Con esta elección eso salió a la luz", señala Martínez.


Cercanos a la lista de Bárbara Figueroa indican que ese sindicato -Ranquil- acreditó con los certificados correspondientes la existencia de esos afiliados. Además, aseguran que esa organización aumentó su número de afiliados en 3.000 personas respecto a la elección anterior (2012), lo que consideran dentro de los márgenes normales.

Para sumar más claridad al quiebre entre el PC y el sector del PS que se alinea con Martínez, el viernes por la tarde la lista liderada por Figueroa pidió repetir las elecciones en un plazo máximo de treinta días, mientras esa misma noche Martínez se proclamaba vencedor.

En las otras listas en competencia -una liderada por el DC Nolberto Díaz, otra por Edward Gallardo y una tercera por Andrés Giordano- también han acusado manejos poco transparentes de este proceso eleccionario, pero con un matiz: temen que al final del camino, Martínez y el PC mantendrán su política de colaboración mutua en la CUT, en detrimento del surgimiento de otras fuerzas.

En el padrón electoral aparecen sindicatos de tarotistas y de crianceros

¿Qué está detrás de todo esto? La particular democracia que impera en la CUT. En esta organización, los trabajadores no están facultados para votar directamente -un hombre, un voto-, sino que son los dirigentes de los sindicatos afiliados quienes votan para elegir a 45 consejeros, de acuerdo al número de afiliados con cuotas al día que pueden acreditar. Estos consejeros, finalmente, negocian y forman alianzas para determinar quiénes ocuparán cada uno de los quince puestos de la mesa directiva.

Esta vez, la conformación de esas alianzas será determinante en la composición de la directiva.

El plazo final para pagar las cotizaciones que facultaban para votar se cerró el 30 de junio, menos de dos meses antes de la elección. Con esto, organizaciones que hasta hace poco tenían una escasa participación en los asuntos de la CUT pudieron ponerse al día e inclinar la balanza en favor de una de las partes.

"No gana el que tiene más votos, sino el que tiene más plata", denuncia Esteban Maturana, presidente de la Confusam, quien señala que este esquema de votación explica la proliferación de decenas de organizaciones aparentemente numerosas en sectores sin ninguna tradición sindical. Desde ya, señala, evalúan abandonar la CUT.

Otro fenómeno distinto ocurre con las organizaciones del sector público que, aunque son las que exhiben una mayor participación real en los asuntos de la CUT, no pueden votar por el total de sus afiliados. ¿Por qué? Porque en algunas oportunidades no tienen la capacidad económica para pagar las cuotas por el total de sus representados.

En esta elección, la ANEF pagó las cuotas correspondientes a 35.000 funcionarios -según cifras del padrón electoral, las que fueron confirmadas desde el Colegio Electoral-, pese a que la administración del Estado tiene a 210 mil funcionarios. El Colegio de Profesores, en tanto, pagó por 53.895 docentes, pese a que tiene más de 60 mil afiliados. ¿A qué se debe esta situación? Según la vicepresidenta de la ANEF, Nury Benítez, ninguna de las organizaciones del sector público puede cotizar por todos sus afiliados. De hecho, la ANEF pidió ir hacia un sistema de votación universal, afirmó la dirigenta.

Otros sectores de la Central acusan que algunas organizaciones del sector público pagan las cuotas de las asociaciones de regiones y provincias donde tienen más posibilidades de ganar.

"El Mercurio" accedió al polémico padrón de votantes con que se desarrolló la elección -cuestionado por prácticamente todas las listas-, y en él se constatan las particulares características de este proceso. Los sindicatos privados, asociaciones de funcionarios públicos y el Colegio de Profesores inscribieron un universo de 552.276 trabajadores, cifra que equivale al 6,4% del total de trabajadores del país (8,6 millones a nivel nacional) y que representa a la mitad de la población sindicalizada.

En este proceso se inscribieron 996 sindicatos del sector privado (como sindicatos de base o bajo el alero de confederaciones), en representación de 342.492 personas. De ellos, 141 corresponden a sindicatos de trabajadores transitorios e independientes, los que representan a más de 58 mil socios.

Del total de sindicatos independientes y transitorios, 39 corresponden a organizaciones de taxistas, que dicen representar a 1.556 choferes; 18 sindicatos de ferias libres, en representación de 8.337 comerciantes, y 26 sindicatos de campesinos, con más de 22 mil afiliados con cuotas al día. En el padrón también figuran sindicatos de crianceros y de lectores de Tarot.

Es en este segmento (independientes y transitorios) donde, según las listas en competencia, se presentan las mayores zonas grises y donde se han dirigido las críticas. Los candidatos independientes Andrés Giordano y Edward Gallardo, y el candidato DC, Nolberto Díaz, han denunciado abiertamente la existencia de sindicatos abultados y han apuntado las críticas directamente a las dos principales fuerzas al interior de la CUT: el PC y el sector del PS que se alinea detrás de Arturo Martínez. Incluso, el secretario general del Colegio de Profesores, Darío Vásquez, y el propio Díaz han pedido anular las elecciones.

"En cada elección operan sindicatos brujos, sindicatos abultados, mientras que a otras organizaciones les alteran el padrón para bajarles su representación", afirma Vásquez.

El dirigente del Magisterio señala que cuando a él le tocó votar, el jueves de la semana pasada, simplemente lo habían borrado del padrón: "llegué, pasé mi carnet, me buscaron y no estaba (...) habían sacado a los dirigentes nacionales y regionales", asegura.

¿A quién apuntan los principales cuestionamientos? "Al maridaje PS-PC", afirma Vásquez.

El control del proceso está en manos de dos listas

El control del proceso lo tienen precisamente las dos listas más fuertes. El padrón electoral se construyó en base a un informe elaborado por tres dirigentes: la tesorera de la CUT, Laura San Martín (PS); el secretario general, Arturo Martínez (PS), y el secretario de organizaciones, Guillermo Salinas (PC).

Luego, el control del proceso lo tiene un Colegio Electoral, integrado por quince miembros que fueron nominados en el Congreso de la CUT en mayo y que también representa a las dos principales fuerzas de la Central. A través de una declaración publicada entregada el viernes por la tarde, el Colegio Electoral salió al paso de las críticas y señaló que la construcción del padrón electoral "se guió por el informe que le entregaron tres secretarías de la Central respecto de las organizaciones acreditadas y el número de afiliados con sus cuotas debidamente canceladas. Sobre la base de este informe, el Colegio Electoral confeccionó el padrón electoral".

Agregó que "si hubiese organizaciones que pagaron por más de lo que corresponde, no es este Colegio el responsable de ello, son los dirigentes de estas organizaciones".

Esa misma tarde, la lista de Figueroa volvió a criticar a este órgano y, a través de un comunicado, señaló que se ha mantenido sin variación el abuso ejercido por la sistemática actuación en bloque de una mayoría circunstancial en el seno del Colegio que ha entorpecido la elección", denunció.

LOS SINDICATOS privados, asociaciones de funcionarios públicos y el Colegio de Profesores inscribieron dirigentes que representan a un universo de 552.276 afiliados, cifra que equivale a un 6,4% del total de trabajadores del país.

552.276 trabajadores fueron acreditados para esta elección, cifra que equivale al 6,4% del total de trabajadores del país (8,6 millones, según el INE).

35 mil trabajadores con cuotas al día acreditó la ANEF, una de las organizaciones más numerosas de la CUT.

53.895 docentes con cotizaciones al día acreditó el Colegio de Profesores, organización de la que proviene la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa.

58.926 socios acreditaron los sindicatos transitorios, eventuales e independientes.

9 mil socios tiene el sindicato de BancoEstado,  el más numeroso de los que participaron de esta elección. Más atrás figuran los sindicatos de empresas Sodimac, Integra-Sinati, Santa Isabel y la Federación Metropolitana de Ferias Libres y Persas.

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