jueves, abril 20, 2017

Puede haber vida en planetas con dos estrellas

Con sus dos soles en el cielo, Tatooine, el planeta de origen de Luke Skywalker en la saga “Star Wars”, tiene el aspecto de un mundo arenoso, desértico y abrasado. 

Por: www.noticiasdelaciencia.com
En la vida real, gracias a observatorios como el telescopio espacial Kepler de la NASA, sabemos que los sistemas de dos estrellas pueden efectivamente albergar planetas, aunque los descubiertos hasta ahora alrededor de sistemas binarios son grandes y gaseosos. Unos científicos se propusieron averiguar si un mundo de tipo terrestre que orbitara alrededor de dos soles podría albergar vida, o por el contrario hay impedimentos que lo harían imposible.

Resulta que tal planeta sí puede existir, y que su habitabilidad podría ser muy buena si estuviera a la distancia adecuada de sus dos estrellas, por lo que ni siquiera tendría necesariamente que poseer desiertos. En un rango particular de distancias respecto a dos estrellas anfitrionas parecidas a nuestro Sol, un planeta cubierto de agua permanecería habitable y conservaría esta última durante mucho tiempo, según un nuevo estudio.

Esto significa que los sistemas estelares dobles del tipo estudiado son candidatos potenciales a albergar planetas habitables, a pesar de las grandes variaciones en la cantidad de luz que recibirían los hipotéticos planetas en tales sistemas.

El equipo de Max Popp, de la Universidad de Princeton en New Jersey, y Siegfried Eggl, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en Pasadena, California, todas estas instituciones en Estados Unidos, creó un modelo para un planeta del sistema Kepler 35. En la realidad, la pareja estelar Kepler 35A y B alberga un planeta gigante llamado Kepler 35b, con unas ocho veces el tamaño de la Tierra y con una órbita que recorre en 131,5 días terrestres. Para su estudio, los investigadores ignoraron la influencia gravitatoria de este planeta y añadieron otro hipotético de tamaño terrestre y cubierto de agua alrededor de las citadas estrellas. Examinaron entonces cómo se comportaría su clima a medida que orbitase a su alrededor, siguiendo períodos de 341 y 380 días.

En la investigación de exoplanetas (planetas de fuera de nuestro sistema solar), un aspecto muy importante es si están o no dentro de la franja orbital conocida como “zona habitable”, el intervalo de distancias alrededor de una estrella donde un planeta de tipo terrestre tiene la mayor probabilidad de poseer agua líquida sobre su superficie. En este caso, dado que dos estrellas están orbitando una alrededor de la otra, la zona habitable depende de la distancia respecto al centro de masas alrededor del cual ambas estrellas están girando. Para hacer las cosas aún más complicadas, un planeta alrededor de dos estrellas no viajaría siguiendo un círculo, sino que su órbita se bambolearía en función de la interacción gravitatoria con las dos estrellas.

El equipo de Popp y Eggl halló que en el borde exterior de la zona habitable en el sistema doble Kepler 35, el hipotético planeta cubierto de agua experimentaría una gran variación en sus temperaturas superficiales. Esto es análogo a cómo, en la Tierra, y en climas áridos como los que son típicos en los desiertos, experimentamos grandes variaciones de temperatura entre el día y la noche. La cantidad de agua en el aire marca mucho esta diferencia.

Pero, más cerca de las estrellas, en las proximidades del borde interior de la zona habitable, las temperaturas superficiales globales promedio en el mismo planeta permanecerían casi constantes. Ello se debe a que el vapor de agua conseguiría mantenerse en la atmósfera del hipotético planeta, actuando como un amortiguador que mantendría confortables las condiciones ambientales en la superficie.


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